"El único deber que tenemos con la historia es rescribirla"
Oscar Wilde
"El único deber que tenemos con la historia es rescribirla"
Oscar Wilde
Raoul Roviralta Astoul, 1891 -1954
Raoul estudió medicina en Barcelona y fundó la farmacéutica Andrómaco y David S.A (empresa industrial relacionada con el automovilismo, aún existente). En el año 1917 se trasladó a Lloret con la idea de construir una propiedad con jardines que rodeasen la finca. Impulsó diversas acciones caritativas en la sociedad “lloretenca” de su tiempo, la más contada por la familia de Sandra era “els Reis de Can Roviralta”, donde las familias con los niños llegaban caminando hasta Santa Clotilde la noche de Reyes y los jóvenes de la casa les entregaban los regalos.
1914-1921 Los primeros años
En el año 1914 Raoul se enamoró del terreno que ocupa actualmente Santa Clotilde. Lo descubrió en una excursión que realizó en una embarcación por las costas catalanas con su mujer Clotilde Rocamora. Fue en el 1918 cuando empezó la transformación del terreno y los imprescindibles movimientos de tierras para conformar avenidas escaleras y terrazas. Poco a poco, se dio forma y se aplanó el terreno que hasta aquel entonces había sido un acantilado natural. Para sorpresa de Raoul, una vez empezadas las obras sobre el terreno, fue descubierto un pozo de agua natural en el lugar donde anteriormente se encontraba una de las siete viñas de los payeses. Este pozo natural de agua fue de gran ayuda para la construcción tanto del jardín como de la casa. En esa época, la canalización era pobre y escasa.
1921-1929 Los jardines
A partir del 1921, hubo una completa dedicación a lo que eran los jardines. En este mismo año, la mayor parte de las avenidas y calles del jardín estaban acabadas y listas para ser decoradas con vegetación y estatuas. Este proceso, no terminó hasta después de finalización de la construcción de los jardines en 1926 debido a que las estatuas provenían de diversos lugares ajenos a España. La construcción del primer edificio habitable fue en 1927. Esta pequeña construcción (en comparación con la casa principal) fue la primera de otras muchas que vinieron detrás. Un año después, recién casados Raoul Roviralta y Odila Arens utilizaron este edificio como una residencia provisional. Fue bautizado como “casa garaje” debido a su forma y a lo espacioso que era.
1929-1934 La casa
En el año 1930 una vez desarrollado el bosque y la estructura principal del jardín, paseando un día Raoul por sus jardines se encontró un hombre pintando un lienzo. Le preguntó qué hacía ahí y éste le contestó que era Pintor (Domènech Carles, marido de la escultora María Llimona) y que había encontrado el sitio más bonito que conocía de la Costa Brava y se puso a pintar. Le comentó que le gustaría conocer al "loco" que había hecho eso y Raoul le respondió que lo tenía delante. A partir de ahí nació una amistad de por vida y le ayudó a diseñar la casa y a decorarla, viajando por todo el mundo para adquirir obras de arte. María Llimona hizo las sirenas de bronce que decoran los jardines.
Tanto Raoul como Carles se volcaron plenamente en el proyecto que hoy en día se conoce como Santa Clotilde. El carácter Roviralta no es precisamente templado, y la amistad entre Raoul y Carles tenía esa intensidad propia de quienes se conocen demasiado bien. Se dice que podían enzarzarse en discusiones acaloradas, gritarse como si estuvieran a punto de declararse la guerra y, un instante después, volver al trabajo como si nada hubiera pasado, con la naturalidad de dos viejos camaradas que saben que, pase lo que pase, siempre estarán en el mismo barco. Palabras textuales de Raoul recogidas en sus memorias; "Hace unos días que he empezado la construcción de Santa Clotilde. La construyo sin arquitecto, espero que salga bien. Me ayuda Carles, magnífica ayuda"
1934-2025 Evolución posterior
En el 1972, se declararon a los jardines como Paisaje Pintoresco del Gobierno de España mientras que en el 1994 se declararon los jardines como Bien Cultural de Interés Nacional. Fue a partir de entonces cuando Santa Clotilde se transformó en el lugar que todos nosotros conocemos hoy.
Gracias historia, gracias Raoul y gracias familias y amigos por haberlo hecho posible. Nos vemos en "Santa Clo", para seguir celebrando como hicieron en su día nuestros antepasados.